En Regresión Histórica de la Realidad Peruana (2da. Parte)

A los jóvenes: Substancia repetitiva regresiva

He escrito substancia repetitiva regresiva. ¿Por qué? Esta materia filosófica, ya la he empezado a escribir en algunos ensayos sobre poetas y escritores en mis REFLEXIONES SOBRE el método de la dialéctica en regresión diferenciada. En este artículo la voy a seguir ampliando, en su proyección a través de mi comunicación con el filósofo y poeta peruano, Raúl Gálvez Cuéllar.

Veamos, por ejemplo, lo que nos dice JORGE LUIS BORGES, en su cuento LA TRAMA:

Para que su horror sea perfecto, César, acosado al pie de la estatua por los impacientes puñales de sus amigos, descubre entre las caras y los aceros la de Marco Bruto, su protegido, acaso su hijo, y ya no se defiende y exclama: ¡Tú también, hijo mío! Shakespeare y Quevedo recogen el patético grito.

Al destino le agradan las repeticiones, las variantes, las simetrías; diecinueve siglos después, en el sur de la provincia de Buenos Aires, un gaucho es agredido por otros gauchos y, al caer, reconoce a un ahijado suyo y le dice con mansa reconvención y lenta sorpresa (estas palabras hay que oírlas, no leerlas): ¡Pero, che! Lo matan y no sabe que muere para que se repita una escena.

Me pregunto, si Alan García, pudo alguna vez, recepcionar a Haya de la Torre y diferenciar sus escritos, analizar las etapas de su desarrollo ideológico, sus metamorfosis como SER político, y si él mismo, en base a lo señalado por su maestro pudo conocer las fuentes y las diferencias entre la filosofía hegeliana y la filosofía marxista, ambas escritas en forma SISTEMÁTICA, como lo hace, toda mentalidad filosófica alemana racionalista o dialéctica, en donde están permanentemente definidas las leyes y los conceptos en el campo de la historia, de la filosofía, y de la ciencia, y dentro de lo último, en fórmulas abreviadas.

No sé, si él mismo pudo estar convencido de los “agregados“ o “superaciones“, que su maestro, hizo a estos dos métodos filosóficos diferentes de la historia, entre el idealismo objetivo filosófico de Hegel y el materialismo filosófico dialéctico de Marx, tratando de hallar un nuevo eclécticismo para lograr la convergencia de las clases explotadoras y la armonía de las clases explotadas, y con ello, lograr las mutaciones de su partido ora hacia un lado ora al lado de la derecha de las clases políticas dominantes. Una ecuación, que puede dar resultados en una parte del tiempo, pero el tiempo del engaño no será siempre el mismo en el ritmo del tiempo.

Los eclecticismos no son nuevos, varían en la historia filosófica o la política de las ideas, en la lucha de quienes pretende beneficiar a las clases explotadoras. En Alemania, lo han habido, desde los jóvenes hegelianos, quienes declararon a Hegel como “perro muerto“, y que no pudieron interpretar el espíritu de su dialéctica, ni superarla. También los que trataron de refutar a Marx, como Berstein, el padre del oportunismo; también Proudhon el padre del anarquismo, o de Bakunin, etc., y sigue una lista larga. Las repeticiones regresivas en la dialéctica de la historia de la filosofía, también se dan de diversas maneras de acuerdo a las formaciones de esas clases, a sus ascensos o descensos, o dentro del marco de las luchas y de las contradicciones que tratan de ser superadas. Ellas también responden a las formaciones de las mismas clases burguesas concurrentes, como ha pasado en el Perú con la formación del capitalismo a través de los monopolios extranjeros, pero no en el sentido antagónico, sino dentro de las leyes de la competencia entre esas mismas clases, y como lo hizo Haya de la Torre, asimismo, al introducir una filosofía refinadamente para un sector de la burguesía, al que llamó las capas medias, y que puso como una clase explotada por el imperialismo.

La filosofía de Haya de La Torre, no estuvo exenta de estos ensayos, tratando de superar las contradicciones de la lucha de los sectores explotados, entre el proletariado, los campesinos y los sectores marginados, contra los diversos sectores de la burguesía peruana, y en ello, tratando de hallar una convergencia política. La praxis política del partido aprista ha demostrado plenamente, que sus aliados políticos, siempre han pertenecido al campo de las clases burguesas.

La doctrina para ligar los famosos “agregados“ a la filosofía de Hegel y Marx, fue interpretando en el campo de la filosofía de la historia, y valiéndose de los métodos de las ciencias físicas – que ya el mismo Hegel, en sus análisis y trabajo riguroso y presentación de un sistema de categorías filosóficas de la dialéctica, lo había refutado –desde Aristóteles hasta Kant–, pues esas categorías metafísicas son UNILATERALES. Y tanto para Marx como también para Einstein, ellas no corresponden para medir las leyes del desarrollo social, y para hacerlas compatibles a los procesos históricos sociales.

El ojo del físico, observará los cuerpos, dispondrá a su favor de las leyes de la física, tendrá a bien conocer las leyes de la materia y la energía bajo el análisis matemático, sin que el espació y el tiempo estén a ellas adheridas; asimismo conocer las leyes de la mecánica, y la teoría de la relatividad, las podrá implantar como él las quiera. Aún más, podrá disponer de toda una serie de categorías derivadas de las matemáticas y de la geometría. Él no tomará en cuenta, que las leyes de la sociedad tienen otro contenido, que ellas se ejercitan bajo el desarrollo consciente del trabajo, la producción y la satisfacción de las necesidades de los hombres, el desarrollo de la técnica y de la ciencia, de la economía y de la política.

Épocas febriles de su juventud ya las había tenido Haya de la Torre, cuando bajo la introducción del imperialismo norteamericano, y alemán, en el agro peruano, en el petróleo y la minería, establecían el proceso de las relaciones capitalistas en el Perú, pero también, con la monopolización de la tierra, sobre todo en el norte peruano, se produce el crac en las relaciones feudalales de producción que vino con la conquista de España.

Paralelo a ello, también surgen los sectores de la burguesía de la industria y del comercio.
Pero hay un sector de la aristocracia feudal, que bajo esta introducción de los capitales extranjeros no resulta beneficiado, y se descompone socialmente, y pasa a formar las famosas capas medias y la pequeña burguesía. Estas clases, ante la intromisión de capitales extranjeros, se sienten inspiradas nacionalistamente y antiimperialistamente. A ellas les inspiran la prédica de los ideólogos franceses, pero también, aplauden a Don Manuel González Prada. Ellas se hacen de la Letra revolucionaria del Maestro pero no del espíritu.

El elan político y la retórica antiimperialista en esa época de Haya de la Torre nos refiere al proceso de sus búsquedas ideológicas bajo los ideales de la Revolución Francesa, y hacia la búsqueda de una filosofía compatible a sus postulados. Hegel es el favorecido. Este filósofo alemán nunca quiso una revolución al estilo francés, una revolución que sacara a la aristocracia feudal radicalmente bajo una revolución estilo jacobino y estableciera las relaciones capitalistas de producción en Alemania. Hegel es el filósofo de la conciliación de las clases entre la aristocracia terrateniente y de la nueva burguesía alemana, y su método dialéctico llevado a la política, es la llave para entender, por qué este pensador alemán quería una revolución desde arriba, bajo un estilo prusiano, para evitar una revolución social con otras consecuencias.

Vemos también por ello, en la relación del término semifeudal, empleado por José Carlos Mariátegui, en sus Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana (1926), las diferencias del análisis en cuanto a lo que escribe Haya de la Torre sobre las relaciones feudales en el Perú, en su libro El Antiimperialismo y el APRA (1927).

Dos posiciones diferentes, en cuanto al método de análisis y la estrategia política, de ese entonces.
La semifeudalidad, una categórica económica social, descubierta por José Carlos Mariátegui, dentro de las relaciones de producción de la economía peruana a principios del siglo XX, nos sirve para entender y diferenciar los cambios que se dan en la economía peruana, pero también dentro de las clases sociales y su nueva jerarquía. Esta categoría nos hace ver una realidad diferenciada en los diversos modos de producción que se dan en esta estructura económica y social peruana: La estructura feudal traída históricamente por la conquista, la capitalista iniciada a través de los monopolios extranjeros, y la agraria comunitaria o inca-agraria.

La semifeudalidad, refleja el proceso de capitalización de la tierra, su producción a través de nuevas fuerzas productivas en el agro, las nuevas técnicas para la producción, para el comercio y la exportación al extranjero. La semifeudalidad, refleja también las nuevas categorías sociales dentro de esas formas de producción, el de la nueva clase social asalariada y de la burguesía en el agro peruano. También nos indica las nuevas formas de explotación y de opresión de las clases explotadoras, la mutación de la aristocracia feudal hasta ser clases burguesas, pero con un comportamiento en el cual aún persiste la mentalidad feudal en estas relaciones de dominio. La semifeudalidad también refleja la contradicción fundamental entre las dos clases en formación, en sus dos polos antípodas, con características diferentes, bajo las relaciones sociales de explotación y de la tenencia de la tierra.

Este proceso de penetración extranjera nos hace entender lo nuevo y cualitativamente diferente frente a las formas pasadas como sistemas de explotación feudal, y que bajo estas formas monopólicas capitalistas de la tierra hay entrecruzamientos con las clases feudales, en donde se inicia el proceso de toda una economía capitalista nueva en su tendencia, y que esa economía va a estar ligada para la exportación de los mercados capitalistas mundiales. El Perú pasa a integrarse, dentro de la división del trabajo internacional como país exportador de materias primas, ligándose, especialmente, a la economía y dependencia de los Estados Unidos.

Cómo el agro y el Perú van cambiando lentamente de rostros y cómo esto se refleja en la Literatura, en la lucha de clases, véase el artículo sobre Leoncio Bueno Barrantes, en la Totalidad y las Parcelas de la Literatura Peruana, Parte primera, www.josepabloquevedo.com/
Haya de la Torre, cree ver solamente, que las relaciones feudales de producción son las determinantes, así como ve que la labor de los monopolios imperialistas es nociva. Y en su estrategia, apunta a una nueva clase social en formación para sus objetivos „revolucionarios“ –según su opinión–: las capas medias. Él elabora las siguientes tesis. El Perú es un país feudal, y para su transformación, necesita el impulso de las capas medias, a través de una revolución a la manera francesa. Lo que en la lógica formal se deduciría, el proletariado constituido en el Perú, pasaría a ser el partero o el ayudante de esas capas medias (embriones de burguesías) para hallar objetivos de una revolución burguesa.

Es decir, el ideólogo del APRA, le inspira el sector metamorfoseado de la burguesía –clase media– a la cual le da cualidades de ser la mayor explotada por el imperialismo, de tener toda la energía revolucionaria, y la que tiene en su haber los objetivos históricos de transformaciones substanciales, aunque su ideólogo dice de ella, que todavía no es tan visible. En cambio a la clase obrera le resta, diciendo, que está en formación, que no tiene elan, y no cuenta con la energía ni la experiencia de las capas medias.
Haya de la Torre no puede ver, que la semifeudalidad inicia el proceso de reestructuración de la economía peruana, pero también crea el proceso de desestructuración de otras formas de economía feudal, ya que el capitalismo, como un modo más desarrollado de economía moderna, determina y renueva y seguirá renovando a las otras economías, y por consiguiente a las capas medias, sin necesidad de su plan antiimperialista.

Haya de la Torre no va a la totalidad del proceso que se establece en el Perú, no analiza lo determinante de lo que establece esa nueva relación en la jerarquía de la economía capitalista, y que ella, como nuevo centro magnético puede establecer las leyes y la tendencias de la economía peruana en un campo favorable a sus designios. La semifeudalidad o proceso de formación de las relaciones capitalistas estructura y desectructura a otras clases sociales, para elevar los resultados de su propia economía, y para incluirlas a su lógica de dominio de los mercados mundiales.

Haya de la Torre solamente ve una parte del problema, desde su raigambre aristocrática feudal descompuesta, en este proceso de desestructuración de la economía feudal y su estructuración a la lógica capitalista. Esta aristocracia descompuesta, ya desarraigada de la tierra, pasa a formar sectores de las capas medias, y otros sectores se constituyen en la pequeña burguesía radicalizada.
Entonces, el ideólogo del APRA programa la lucha antimperalista a su manera: Contra el imperialismo, y contra la feudalidad agraria. No sabe que esa lucha antiimperalista marcará el paso, pero sin moverse de sitio en el escenario peruano, ya desde los inicios de su partido hasta la actualidad.
Muchas de estas clases han mutado y son grandes financieras de la economía, empresarios, propietarios de inmobiliarias, de sectores de servicios, dueños de cadenas de comercio, y del sector industrial y financiero, y el Perú se ha convertido en un país de exportación de materia prima o productos semi-elaborados.
La misma lógica de desarrollo se ha mantenido desde sus inicios desde que el Perú entró a la lógica del capitalismo mundial con la división internacional capitalista del trabajo.

El Perú, con Velasco Alvarado, intentó romper esta lógica, pero después los otros gobiernos han mantenido esta política y continuado haciendo del Perú un distribuidor de recursos primarios; segundo, porque la contradicción entre burguesía y proletariado se ha hecho presente, desde ese momento, como un resultado de las relaciones de explotación capitalista, en base a la introducción de los capitales extranjeros, y seguirá en este proceso de capitalización, mientras no se rompa esa lógica con la lógica de una revolución; tercero, porque las capas medias no son el antimperialismo consecuente, ni la ideología de Haya de Torre. Estas capas de acuerdo a los procesos de capitalización de la economía también pueden metamorfosear en otras ramas de la economía capitalista, y ser sus nuevos capitanes de empresas. Esa categoría no es solamente social sino deriva de la economía capitalista.

En Haya de la Torre no hay un amtimperialismo consecuente, sino elementos antimperialistas producto de una ideología ecléctica y de su prédica dentro de su programa hasta el año 1927. Pero, después, como lo dice José Carlos Mariátegui, solamente es una borrachera revolucionaria, como ya ha sido comprobado por la praxis política, después de muchos zig-zags en sus aspiraciones inconsecuentes.
Y este es el resultado de una lógica histórica, cuando los ideales y los principios por los cuales se forma un partido, sin que las mismas condiciones de la vida hallan cambiado, este se desvía en sus metas y objetivos, se hace diletante, y se deja absorber, sobre todo, por principios de determinación impuestos desde designios extranjeros, y que ya no corresponden a las mismas tareas ni a los objetivos trazados en sus inicios.
En lo poco de ese antimperialismo de su fundador, ahora hay un parricidio ideológico total y oculto en la política de su dirigente Alan García. Seguramente, Haya de la Torre, ve como los puñales de los Brutos, han hallado su corazón, plenamente. Los dos períodos de Alan García han estado signados por los compromisos con las clases favorecidas y por su entreguismo al imperialismo yanqui.


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