Comentarios sobre Poesía y erotismo de la conferencia de Juan Carlos Céspedes (Siddartha).*
A vuelo de pluma, algunas de mis impresiones sobre la conferencia:
POESÍA Y EROTISMO Por
Juan Carlos Céspedes (Siddartha), que me hizo llegar el amigo cubano Pablo que vive en España. Y ya que en este ejemplo podemos ver las dos tendencias del Arte y de la Literatura de nuestro tiempo, también podemos establecer algunas relaciones entre lo que se desean algunos poetas y lo que nos deseamos nosotros. Pero, veamos, algunas apreciaciones que esgrime el conferencista:
Siempre he pensado que la poesía es indefinible, no importa que cada poeta tenga su versión...
...Buscando auxilio en los grandes de la literatura, Octavio Paz, ese hermano mayor, decía: “Erotismo y poesía: el primero es una metáfora de la sexualidad, la segunda una erotización del lenguaje”.
Una CONFERENCIA que nos dice, se hablará sobre el erotismo, sin llevar un lineamiento esencial histórico-lógico, sobre lo que es la poesía, o por lo menos intentar definirla desde una forma de la creación humana, o una forma de conciencia social, y que nos es una ciencia, o una disciplina de la creación y del conocimiento como lo es la historia o la geografía, etc. pero solamente poniendo la palabra INDEFINIBLE, ya es algo descabelladlo, aun cuando trate de llamar a los sentimientos humanos con ella misma. El conferencista mata su propio mensaje desde el inicio aunque trate de disculparse por no haber podido establecer las relaciones o los nexos y solamente haber mencionado o puesto las sugerencias de otros maestros (y en ellas no haber podido contribuir con su sangre y carne y sus ideas).
Penoso, muy penoso!, que alguien que expone sobre un tema, no pueda definir el objeto que va a ser tratado por él mismo, que no conozca lo elemental sobre el manejo de los conceptos, que ni siquiera haga una jerarquía de categorías para estructurar sobre este objeto que ha sido creado por el poeta, y para relacionarlo con los otros objetos que rodean nuestro mundo, aunque sea para mostrar una sola época. El conferencista no determina ni sabe lo que es determinante en este objeto, pero se lanza al ruedo de las explicaciones sobre un tema super conocido.
Y en ello, me imagino, la pobreza espiritual de aquel osado literato o filósofo que trate de explicar las varias concepciones del mundo sin tener una idea de las preguntas centrales en ese campo, y de las relaciones históricas existentes entre las dos grandes corrientes idealistas y materialistas, y no conocer sus diferencias frente a las preguntas centrales en relación a la naturaleza y al hombre.
Y sobre la poesía, no conocer su determinación en relación con lo social y con las otras épocas pasadas, para explicarnos, cómo van cambiando los conceptos, conocer sus objetivos y relaciones en el mundo actual, y por lo menos, si los tiene. Pero nuestro conferencista, se desea adecuar todo, desenvolviendo del papel celofán solamente lo que han empaquetado otros escritores.
Podía el conferencista haber empezado conceptuando el término AMOR, y con este concepto y con ejemplos, mostrarnos sus relaciones con otros conceptos semejantes o desarrollados en otras épocas, y después presentarnos otros conceptos modernos ya alambicados para la recreación y la diversión del ocio de sus oyentes.
Ir a hablar sobre un tema, significa saber, que debe de conocer sobre lo que se repite y se diferencia conceptualmente en la historia diferenciada, y aquí, en este discurso, la historia resulta salida de una lógica casi medida por el tiempo actual y muy individualista y hecha a la imagen y semejanza de una economía de la crisis.
Prosigamos en el hilo del expositor:
Ahora, me gustaría aclarar, que el erotismo no se queda únicamente en el físico acto sexual, sino que va más allá, en lo sensorial, lo emocional… Es un todo complejo que permite que una relación, independientemente de sus integrantes, tenga una dosis de “magia” (no quería utilizar esta palabra, porque es de las consideradas desgastadas por los poetas), ese misterio inefable que es la poesía del cuerpo.
Largo e inagotable sería hablar de este tema, pero ni mis conocimientos ni el tiempo, me permiten entrar en mayores honduras.
Lo más pobre es tampoco no conocer o definir las fronteras entre el llamado erotismo, lo sexual o lo pornográfico, sino introducirse a un tema sin su dominio.
Algo, que en el mundo de la literatura y de la filosofía es tan esencial, y es como preguntarte: si el mundo objetivo, el universo, la naturaleza, los mil millones de galaxias existen independiente de tu consciencia, si son anteriores al hombre, o tú las construyes a tu voluntad, que es lo mismo, que si el propio yo es quien los inventara y por lo tanto ya han existido antes y solamente para ti (Fichte, Berkeley, Hume, Mach, Avenarios, Petzoldt y los positivistas actuales que reducen todo al lenguaje, etc.), y si tú los animas en cada una de tus aventuras de tu creatividad, será tu yo.
Nuestro conferencista no entiende que cualquier acto físico sexual, no es solamente un acto o ejercicio puro, o un ejercicio por el ejercicio corporal en las relaciones humanas. Ningún ser consciente va a un ejercicio sexual de eyaculación, solamente para conocer su naturaleza como una cosa mecánica, y sin que en ello intervenga lo sensorial (los sentidos) pero también el cerebro.
Pero él no nos aclara las diferencias de este acto entre cualquier ser viviente reproductivo y el hombre. No nos aclara la naturaleza consciente de hombre y la naturaleza instintiva del hombre. A este sólo le agrega su naturaleza emocional… es decir, lo psíquico, y esto, le basta para explicarnos lo que es el erotismo y por qué se escribe la poesía erótica.
Es decir, el erotismo es el resultado de lo sensorial, que es recogido por las emociones de lo corporal sexual, o de una eyaculación que se recoge en forma emocional.
Aunque, nuestro trapecista intente un nuevo juego de palabras, y nos agregue:
(El erotismo) es un todo complejo que permite que una relación, independientemente de sus integrantes, tenga una dosis de “magia”(???). Esto no nos aclara el problema. Sería importante, aquí, que nos explicara, qué entiende por todo un complejo que permite una relación independiente de sus integrantes??? Pues, todo lo que hace es atraer otra obscuridad y otra confusión más grande que la primera. El mismo conferencista se da cuenta y hace su propio comentario: Largo e inagotable sería hablar de este tema, pero ni mis conocimientos ni el tiempo, me permiten entrar en mayores honduras.
Un poco de filosofía positivista, es la fórmula para desarrollar el crucigrama de las palabras de esta magia. Ella se logra con volcar la idea de ese
todo complejo que permite que una relación, independientemente de sus integrantes???, algo que me hace recordar a los empiristas, que volcaban la idea, de que el SER era un complejo de sensaciones, y ellas eran tanto ideales y materiales desde sus orígenes. Una bacteria o un gusano, desarrollado ya antes que el hombre, también tiene sensaciones...por lo tanto, (puede escribir su erotismo?).
El erotismo, entonces, resulta de una relación independiente. Cómo se logra eso? La magia es la relación para entender ese misterio? El misterio de lo erótico se logra a través de la magia???
Pero, cómo se conoce esta enseñanza? Sobre la magia el conferencista no lo dice, pero más veo un poco de libertad del individuo y la expansión de este universo, la expansión de mi yo y de esos juegos del lenguaje recreativo y de esta filosofía, tan vieja, pero mutada hacia lo moderno!
Ahora, ¿dónde termina el erotismo y comienza la pornografía? Creo que es una respuesta que cada uno de nosotros debe darse. Parece que hay una línea muy delgada que algunos no alcanzan a apreciar. Quizás no podamos explicar claramente lo que es pornografía, pero sí la reconoceremos cuando la veamos.
Cierto, él mismo se da cuenta que el tema como conferencia necesita de establecer los conceptos y las diferenciaciones, pero el trapecista no las tiene: Goethe en su obra el
Fausto, nos dice:“
Grises son los métodos, amigo mío, pero el árbol de la vida es eternamente verde”
Si nuestro conferencista, no puede con el inicio, y ya se balancea, tampoco puede darle final, sin ya poder establecer los diferentes cabos que atan a la poesía como un concepto general, y entonces se entornilla la relación entre el poeta y la poesía y su resultante a la poesía erótica, y con ello, no pudiendo ver su relación con la sociedad moderna del consumo y de la publicidad.
No veo la manzana, pero la puedo oler perfectamente en mi quehacer en poesía erótica. Tú tendrás el tuyo y lo respeto.
Bueno!, ahora, lo lúdico es el único juego que fascina a estos poetitas de bragueta, y fuera de ese mundo, no se da otro, para ser en sus trabajos impresos y cotizados. Cuánto mayormente exhiban las ideas de sus orgasmos y sus juegos, sin hacer definiciones, serán más cotizados en el mercado y tendrán muchas revistas de publicidad a su favor. Para eso basta una filosofía del yo y del puro individuo. El resto de las relaciones humanas no interesa, casi son declaradas inexistentes.
Lo erótico es lo braguetero, “el amor” que se hace y se mide por la bragueta en la actualidad moderna - en la etapa del consumismo globalizado por el capitalismo-, la única concentración de los intelectuales poetunos (término prestado a Raúl Gálvez Cuéllar), es tener que pensar y crear para el EROS, el cual se mide de una cuarta del ombligo hacia abajo, abriéndose el cierre del pantalón.
Ellos saben, que para estos juegos, hay que crear poses de conducta enajenada, sin muchas veces haber disfrutado de sus propias fantasías, y otras veces sin conocerlas. Ella es la filosofía del individualista que trata de no hacer pensar a los grupos sociales en la totalidad de las relaciones humanas, sobre todo, en los existenciales y las que nos crean conciencia para el cambio.
El lado económico, persigue a estos intelectuales y a los poetitas erotistas, también la publicidad de las revistas y la prensa, los premiecitos, o las becas. Ellos estarán así en los centros culturales, o en las veladitas chingonas o braguetistas animando a un público amorfo y desganado en ver la realidad de lo que pasa en el mundo real, y tratando con su Arte de relativizar todas las cosas.
Veamos las diferencias que se establece en los relativistas y los que consideran la existencia de la realidad objetiva independientemente de cualquier conciencia universal, individualizada en un yo.
“Un solo caso es mucho, una sola muerte es mucho...”
Un viejo amigo que ve en las pantallas de un televisor las muertes que a diario se sucede en el Iraq, con los bombardeos de la “coalición de voluntarios” me dice, que una muerte ya es demasiado y esa guerra por injusta merece ser condenada. Otro en cambio me habla, que una muerte es demasiado, pero la guerra hay que verla desde varias perspectivas, pues cada quien tiene una opinión relativa frente a ella.
Para el primero la guerra es algo real y con decenas de muertos, día por día. Para el segundo, cada opinión, cada imagen, cada estadística es relativa y depende del ángulo que la mires.
Entonces, le digo, que tendremos que contar esa guerra con los ojos del relativismo para burlar la imagen de la realidad y no poder ver el millón de muertos que ya han caído, y los que seguirán aún cayendo, pues -según esta relación relativista-, hay que seguirlos contando aparentemente. Mejor dicho, hay que cerrar los ojos cuando no se quiere ver a los muertos, que es la realidad actual con las guerras- pues a ellos- ya no los vemos (como cuando se cierra los ojos al dormir), y desde una perspectiva relativista, ellos desaparecen.
El segundo caso, es la lógica de lo que se dice pietistamente sobre la muerte, pero se ignora a la realidad en su totalidad.
*Conferencia leída en el IV Encuentro de Poesía y Arte Erótico POESÍA Y EROTISMO, Por Juan Carlos Céspedes (Siddartha)
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De la correspondencia entre José Pablo Quevedo y Raúl Gálvez Cuéllar
Raúl Gálvez Cuéllar responde a José Pablo Quevedo
Mira JP: Nosotros ya hemos definido esto del erotismo y demás yerbas. El conejo, la cucaracha, la araña, el salmón, sólo para citar algunos ejemplos de la naturaleza, se reproducen por millones (sobre todo en el caso de los huevos).
Yo mismo, como un ser normal y de raciocinio, que practico hasta hoy a diario el sexo, lo he separado del resto de la Literatura -que incluye a la poesía-, porque considero que es algo inherente al hombre, pero al hombre con H mayúscula como alguna vez has escrito y recuerdo en tu correspondencia con Víctor Bueno. El hombre tiene derecho a ser hombre en la cama y junto a una hembra, pero eso queda en la alcoba por el honor y decoro de toda mujer, no somos hombre porque llevamos pantalones sino porque debemos andar por los caminos de la decencia.
La poesía es inmensamente rica para gravitar únicamente en escritos morbosos y/o bragueteros como bien los calificas, recuerda mi poema "Sexo para la Alcoba" publicado en Arte Regresivo: hay mucho por escribir y sobre todo POR HACER, como lo dijera nuestro Hermano Vallejo.
Desgraciadamente la sociedad que hoy aflora, exhibe legiones de jóvenes, y hasta de adultos, que se engolosinan escribiendo ya no diré "tonterías, sino barbaridades que nada tienen que hacer con las más urgentes necesidades sociales; todo esto está muy claro en nuestro Mensaje de Poesía "Arte Regresivo", donde se ataca frontalmente al enanismo intelectual de los escritores decadentes, y se motiva a los jóvenes para que se preocupen por los pueblos del mundo, para que de algún modo se modifique, hasta que con el tiempo se cambie la Historia de la humanidad, la misma que desde el tiempo de las cavernas no ha avanzado ni un milímetro en muchos aspectos que sería interminable comentar.
Tu respuesta de Pablo a Pablo es extraordinaria y me adhiero a ella, tú ya conoces mi pensamiento que corresponde a nuestra Línea común, ya diseñada en varios Textos para la posteridad, si es que aún tenemos la esperanza de ser leídos a la velocidad de los próximos lustros o decenios.
Seguiremos mi hermano, pero no te hagas muchas bolas, lo que es a mí ya nada me asombra ni me conmueve en este mundo que se precipita vertiginosamente por culpa de los imbéciles que gobernaron en todo tiempo y lugar, usando y abusando del poder en detrimento de las masas. Un fuerte abrazo.
raul galvez cuellar,
Lima, 15 de mayo de 2010
Correspondencia de José Pablo Quevedo a Raúl Gálvez:
Sobre la fantasía sexual en la RDA y la actual Alemania, aquí el fragmento de un relato de Eduardo, un personaje venezolano de la novela inédita "
El hombre de las manos de cangrejo“
Eduardo era uno de los pocos estudiantes que sabía perderse en aquellos recuerdos de la Alemania Democrática y, de cuando en cuando, haciendo memoria del tiempo que empezaba a alejarse comparaba uno y otro suceso, y hablaba sobre ellos, risueñamente, y decía:
En la RDA, como estudiante, no había nada que esperar, todo te lo daban, el cuarto, el estipendio, la comida, y si eras un hombre sobresaliente, pues te premiaban y todo terminaba con un viaje a Moscú. Y para mí, qué más quería, si tenía comida y cerveza. Porque hasta el trabajo y las mujeres tampoco te faltaban. Y mi fantasía sexual era más nutrida y desarrollada, y no como ahora, que te la castran, te muestran películas pornográficas orientándote a ir a la calle de las putas. Y les digo, que toda la gente te veía, ya sea por curiosidad o por que eras diferente, pero nadie te tenía miedo. Y de pronto, ahora, te sientas en el mismo tranvía y nadie te mira, nadie te conversa. Y todos esos ojos, hacen como que están mirando solamente al vacío, o por las ventanas hacia afuera, o ellos simulan leer. Y tus ojos, también miran a ese vacío pues, si miras a alguien, no sabes lo que te va a pasar. ¡Ahhh, muchacho, cómo ha cambiado este país!
Aquí también otro fragmento del relato de Antonio, otro personaje de la novela inédita, “El hombre de las manos de Cangrejo”
También, por la misma boca de Antonio, Sergio se fue enterando de su vida íntima y de sus relaciones amorosas frustradas con Valia, la mujer que le había acompañado en su vida de estudiante. Y Antonio fue abriendo aquel círculo amoroso, que por muchos años había reservado en su más recóndita intimidad. Valia cayó en una depresión, después de lo sucedido con la Reunificación alemana, y ella no pudo adecuarse a las condiciones del momento, y yo te lo digo Sergio, yo tampoco supe qué hacer, cuando aquí todo cambió, cuando todo se tenía que resolver de otra manera. El dinero de la beca ya no me alcanzaba, y había que trabajar; me quedaba menos tiempo para los estudios y mi trabajo de diploma, y todo lo hacía a medias. Y ella, tenía que afrontar esta situación, y yo me sentí como una carga para ella. Eso siempre le preocupaba a ella, pues era más dinero para pagar la vivienda, los pasajes y los libros, amén de los viajes que ella tenía que hacer cada fin de semana a Weimar para ver a sus padres. Antes, viajábamos los dos, pero ahora, ella iba sola donde sus padres. Y después, te digo, hasta con la ropa, la fue cambiando, y también sus gustos, pues en su oficio de diseñadora tenía que vestir impecablemente, y hacer las cosas de acuerdo a los dictados de una empresa moderna. Y así, nuestras relaciones se fueron deteriorando, ella se puso apática, y ya no quería hacer el amor conmigo. Me decía que ya no deseaba tener relaciones sexuales conmigo, que solamente quería trabajar intelectualmente para poder tentar un puesto de trabajo, y que estaba segura que la iban a tomar en ese trabajo. Hasta que una vez, me dijo que me consiguiera otra amiga, que ella ya no tenía ganas de estar conmigo.
También le contó a Antonio que estos cambios, se habían operado con algunos otros de sus amigos latinoamericanos, que muchos de ellos se habían divorciado y que, a veces, se habían presentado casos que llegaron hasta las provocaciones y agresiones entre las mismas parejas. Hubo expresiones y frases hirientes y reacciones que nunca antes había visto, y tan diferentes a las de antes. He visto también situaciones chocantes y hasta explosivas. Y de pronto, nosotros fuimos vistos como los machos, y ellas se vieron como feministas. Y el territorio de la cama se convirtió en un terreno inviolable, en donde tú tenías al ser querido, pero no lo podías gozar ni ser gozado. Y esas noches fueron de angustia y de desilusiones, pensando en los cambios de las noches y de los días, y esto fue peor que el mismo infierno.
Calló el amigo, y Sergio tuvo que preguntarle, para conocer que había pasado después, cuando ese amor, se había hecho insoportable. Y Antonio, que antes había sido muy parco al ofrecer sus recuerdos íntimos, le dijo, nuevamente: Todo fue un cambio total, porque ella ya no me amaba, sino que tenía la idea de que era solamente poseída. Y ya no había entrega de su parte, y esto me parecía odioso, ya que ella buscaba concurrir en una lucha de sexos. Y te lo digo porque una vez, una de sus íntimas amigas, me dijo que ahora sus mejores orgasmos los lograba con la imaginación y ya no conmigo, y que ella le ayudaba, porque ella tenía algunas revistas de erotismo y que viendo algunos modelos, ella se masturbaba y se satisfacía así, fácilmente.
A Sergio le pareció que, lo que le contaba Antonio, era una historia parecida a la de aquellas muñecas de caucho que, durante la guerra de Vietnam, se expendía a los norteamericanos para entretener sexualmente la imaginación de los soldados. Antonio le dijo: Tenía razón Eduardo, cuando nos dijo que, hasta la imaginación se podía perder cuando el mundo artificial alteraba lo natural y sembraba la confusión, haciendo diferentes las cosas simples de la vida. Pero después de meditar, Antonio volvió a decir: Después de terminar con Valia, me complacía mirando desde la ventana del internado las duchas donde las muchachas se bañaban desnudas, y después fui descubriendo, por las noches, otro mundo por los bares y clubes de Berlín, cuando me fui a conocerlos junto con Luis. Y con él vagué y he encontrado de todo, hasta las personas más raras en su forma de ser, y aquellas que solamente piensan en destruir a las otras que dicen amar. Y yo, ya estoy hastiado de todo, hasta de la maldita marihuana que he probado para no estar siempre deprimido. Le volvió a decir: Al final, la vida con Valia, se me hizo imposible. A ella le jodía que yo no tuviera trabajo y tampoco la beca, y me dijo que ella no era el Estado social para arreglar las cosas. Y entonces entendí, y le dije que me diera una semana de tiempo. Y después, me fui a vivir cerca de la estación Pankow, compartiendo la habitación con otro boliviano.