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Como es natural en América Latina; en el mundo, en nuestra
representación existencial o metαfísica, los poetas estamos soportando la conciencia de un mundo que siendo familiar pareciera no ser el nuestro. Hace unos años hablábamos en Naciones Unidas de una crisis alimentaria que dividía nuestro mundo en unos cientos de millones de gordos y otros miles de millones de hambrientos, sentimos de cerca la presencia manifiesta de la guerra y también de la religión porque la expropiación de la obra creada ha dejado de pertenecernos pero no hablamos de pertenencia sino por asociación al lenguaje dominante que nos gobierna. Nuestras lenguas Quichés, Aymaras, Guaranies, Mapuches o Quechuas -mencionamos algunas de referencia-, siguen resistiendo y guardando en su imaginario la pertenencia real que reclama el mundo con urgencia pero también es verdad el anhelo de construirnos un espacio de lectores con estándares lingüísticos. Obra y creador podemos asumir la propiedad ajena sin responsabilidad de nuestra parte y las nuevas tecnologías han contribuido a que podamos ser dueños de VIRTUD y VALOR dentro de un cuerpo donde la poesía tiene el mismo propósito [univoco y marketero] de la "beat generation" que tanto agrada a los poetas que los remedan. La dinámica que actualiza nuestra escritura no es la misma que nutre nuestras ideas porque en alguna parte del camino le vendemos nuestra alma al diablo, sin necesidad de aclarar el detalle de como la política negocia esta voluntad pre-fabricada por el mundo globalizado, los latinoamericanos, en particular, comenzamos a asumir el mismo protagonismo creativo de la historia fracturada que nuestros colonizadores no pudieron clausurar.
La cita de Berlín hace referencias importantes en claro cuestionamiento al "derecho humanitario internacional", nos invita a desperezar la memoria que engrasa nuestro paso por el mundo. No por casualidad armas atómicas, crímenes y guerras llegaron hasta nuestras puertas para recordarnos la parte mas sucia de nuestra historia, algo debemos pagar los poetas por ocupar una parcela de la inventiva cotidiana. Seguido a fragmentos del discurso del escritor Wolfgang Bitter vemos el humanismo de Kant asociado al grito libertario de anteriores manifiestos y propuestas donde redundan las voces solidarias por la vida, la paz, y la dignidad humana. Y, porque "...cada tiempo es diferente...", en la fase actual no podría concebirse una cita de poetas sin tratar de comprender esa otra parte de nuestra creación que perversamente se mutila y muere por la insensibilidad de nuestros propios aliados: los lectores.
Fuente: http://artekechi.20minutes-blogs.fr/archive/2010/09/10/berlin-y-la-xv-cita-de-la-poes%C3%ADa-latinoamericana-contra-del.html
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