Por José Pablo Quevedo
El trabajo creador no es solamente un trabajo elemental de la mente humana, sino un ejercicio repetitivo y regresivo y de continuidad creadora – y que muchas veces, también, es un trabajo analítico-, que no solamente busca la inspiración sino la intelequia. Un proceso en el cual el artista se pone ante el objeto de su trabajo y frente al lienzo, con pinceles, espátulas, los estuches del color y desencadena toda la energía vital para hallar el modelo o la forma en el contenido de su reflexión.
En Leonardo Casimiro, la línea de su trabajo es una crónica de una conquista para la conquista de la Vida. Pues el mundo de Leonardo Casimiro es un mundo variado que forma la unidad como Hombre y como artística plástico. De allí que de esta conjunción resulte una temática rica y variada como objeto de su obra.
Los niveles del mundo artístico receptivo de Leonardo Casimiro, tramontan desde lo que va desde el Mundo Andino, el cual conoce desde su infancia, pero también el lado de la emigración a la gran ciudad, como un artista, ubicado en la región de Unamarca, en Lima. Y quien mejor que él que conoce todo el proceso de asentamiento de la gente que vive en estos sectores marginados para poder presentarlos en sus muestras pictóricas.
Sus cuadros ya por ellos mismos, nos reseñan en sus secuencias, este proceso de transmutación de la vida diaria. Pero por otro lado, este Maestro, como Ser estudioso, en sus reflexiones y en el análisis de sus trabajos, sabe lo que es competente y lo que no es. Así habla su tramontar por algunas ciudades latinoamericanas y europeas. Y así mismo lo ha aprendido de otros Grandes Maestros del Arte, es decir, los cambios y los giros que se imprimen en una época determinada, y las nuevas visiones que contiene el Arte y que se hacen necesarios, como un catalizador y animador social también para el cambio.
En esta exposición la parte andina, no ocupa los espacios centrales como algunas muestras que he visto, en Lima y en Berlín, aún cuando se nota algunos rasgos en algunos de sus personajes, ya diferenciados, en este proceso de mutaciones de la sociedad peruana.
La muestra central de su pintura yace en las zonas emergentes, y ellas nos hacen ver el proceso de capitalización de la economía peruana, la polarización de las zonas urbanas, extendidas en las faldas de los cerros, sobre todo, el de las zonas marginales de Lima. Y me parece, que más en Leonardo Casimiro, que en otros artistas actuales, se ve la condensación de este proceso irremediable de la deformación que hace la dependencia de un país, en su misma esencia.
Su pintura refleja en su contenido realista y en su técnica expresiva el proceso que también ocurría en Europa hasta fines del siglo XIX y principios del siglo XX. Supuestamente, con otras connotaciones en la vida social de esos tiempos, y que como ejemplo de esa época, ha sido plasmada por los grandes artistas alemanes holandeses, franceses, etc. Pero, en su lógica y diferenciación, se deja ver a través de la pintura de Leonardo Casimiro, lo fatal de un Estado peruano, no vigoroso, económicamente, y polarizado en sus estructuras sociales, y hasta atrasado en el empleo de la técnica y los programas de viviendas. Los lienzos del artista reflejan un Estado peruano de estructura deformada, ya que el observador recepciona hasta elementos de edificación individual que no se daba en Europa, ni en esos tiempos pasados.
Leonardo Casimiro, me explica: Ante todo, pinto el drama humano, y esto, no siempre se puede ver, sino convives con ellos. Ya el mismo título es un manifiesto, que hace notar los puntos de vista del artista en lo que es la vida como expresión de la misma realidad: “CRONICAS DE LA VIDA Y LA CONQUISTA INTERMINABLE PARA EL ARTISTA”.
Èl me explica sobre este proceso de trabajo creativo: Pintar no es solamente llevar el color y descargar un estuche sobre el lienzo, como creen muchos. Tampoco es trazar un par de líneas y mostrar un acabado. La pintura me sirva para decir algo sobre la vida de los hombre de esta América del Sur. Algunos me dicen: "si pintas, para qué hablas". Ellos piensan que el Arte es un convidado de piedra que asiste a una reunión y no dice nada. No se dan cuenta que ya una sola obra es un motivo para iniciar una conversación, y sobre todo, los cuadros donde se ven las diferencias y en imágenes que contrastan con otros valores dados, fomentan ya una controversia. Tampoco se detienen a reflexionar, que el Arte, sobre todo, en las sociedades europeas, en siglos pasados fue un motivo de escándalo, y que generó hasta toma de posiciones de las jerarquías gobernantes, de los reyes y príncipes, de los clérigos y de las autoridades judiciales. Algunos, no meditan que la sociedad de nuestros días está polarizada, y que las cosas del pasado se repiten de cierta manera, y en ello, en mi inquietud, me quiero en mis motivos, lo mejor que refleja esa realidad.
2.- La Conquista de la Luz
He visitado, en varias oportunidades, cuando me hallaba en Lima, el taller de Leonardo Casimiro en Unamarca. Aquí en un altillo, al cual me conduce una escalera exterior, he visto muchos de los cuadros del Maestro. Aquí él desarrolla sus inquietudes, traza sus perspectivas, condensa la materia del color en imágenes, o traza sueños que son imágenes, o imágenes que son palabras llevadas con el pincel desde la paleta. El lenguaje del color hay que admirarlo, hay que sentirlo. El cuadro mismo se hace una línea hecha metáfora, un poema que hay que saber definir e interpretar cuando el observador percibe la obra.
Hay un olor fuerte a pintura que emanan de algunos de sus lienzos. De una mesa grande donde están colocados los ya listos, de unas rumas, uno tras otro, Leonardo me muestra sus conquistas. Percibo en varios cuadros, que la luz, es el motivo de su muestra. Ella, en velas, es llevada por las manos de los hombres. Las manos que las llevan simboliza esa cadena que lleva el esclarecimiento. La luz es el símbolo del conocimiento. La mano es hechura de la creación humana, ya que con ella se crean todas las cosas, y el conocimiento humano pasa a través de la mano, la mano sirve de instrumento de la creación.
Yo quiero, reforzar esta muestra empleando un lenguaje que sea mío: Con la luz /ordenar el sueño /abrir las manos /para llevar la luz /a los hombres. Sólo ella enciende los espacios del conocimiento. /La luz expresa /lo que el cerebro /desea esclarecer /a los otros...
Descubro en un cuadro a dos hombres tomando la luz en sus manos, y un hombre que tiene una máscara en una mano. Los dos primeros parecen compactos, el segundo con la máscara , me parece, un diletante, que huye de la luz.
También me detengo para ver un cuadro donde se hallan dos jóvenes amantes descansando desperezados sobre un sofá y al lado hay una vela encendida, como pretendiendo iluminar el ambiente o tal vez, en esos sueños del descanso, hay alguna esperanza.También descubro otra pintura donde se reproduce los pies de un Cristo clavado, y al lado una vela encendida, y una calavera. Leonardo deja abierta una interrogante...
En la sala grande donde sabe acoger a sus huéspedes, veo también en sus paredes, algunos cuadros, pero también hay estantes con libros sobre pintores europeos y latinoamericanos. Hay otros de personalidades conocidas en el mundo de la filosofía y de las ciencias de la historia.
He pintado sobre simples cortezas de los árboles, he grabado también en mates peruanos, de ahí el nombre de la serie: “ CRONICAS DE LA VIDA Y LA CONQUISTA INTERMINABLE PARA EL ARTISTA”. Sobre esas cortezas, que los aztecas consideraron sagradas, esos hombres dibujaron sus códigos, nos enseñarnos su historia, su cronología de tiempo, sus actividades diversas, su Arte que también fue plasmado en los colores de los frescos y en las piedras monolíticas y en cuanto material que el mundo admira. Y cuántos estilos no conocieron, que acaso, hasta Europa, se queda asombrada, ella tan pródiga en dar nombres a las corrientes del Arte y la Literatura, aquí, ante tales muestras se queda enmudecida.
Después pasamos a algo que siempre enciende el ambiente, y que viene desde la raíz misma de la Historia de nuestro continente, de esa fusión antagónica de dos cultura, y no de una fusión natural y necesaria, en las cuales se encuentran dos destinos diferentes, y una habría de ser la cultura vencedora y que habría de signar la semiesclavitud y la semifeudalidad de la otra en un período largo del tiempo de nuestra historia, tiempo en el cual también Leonardo Casimiro nos entrega en sus imágenes el drama que se vive.
El choque de dos culturas, hace 507 años, después del llamado “Descubrimiento de América”, fue desigual y doloroso en estos suelos. La conquista fue un hecho inevitable, nada pudo la débil resistencia de los pueblos en un período aún de formación y de asentamiento político frente a un poder consolidado en más de ochocientos años, como lo fue el poder imperial colonial feudal español. Los inmensos territorios americanos, la no unidad territorial, los diversos Estados fueron presa fácil de las ambiciones de los vencedores. El Dios poderoso y de amor de los cristianos se olvidaría del prójimo de estas “Nuevas Tierras”. La codicia del oro brilló en los ojos de los soldados y aventureros en los atardeceres de las culturales aborígenes de un vasto continente.
En mis constantes andanzas por el mundo he estado en contacto con los hombres que producen e hicieron y hacen la historia: con los cortadores de papel en la China milenaria, con los intocables de la India, con los egipcios de la Alta Nubia y los negros de África, hoy, esparcidos por el mundo. He estado también en las reservaciones de Norteamérica, en los desiertos inhóspitos, en los viejos templos de mayas y aztecas en México y Guatemala, en Nazca, Tihuanacu, Machu Pichu, y he visto entristecido, como la cruz y la espada sólo dejaron ruinas. Y solamente para citar un hecho, a poco, después de la conquista de México, las crónicas nos rebelan, la muerte de más de VEINTE MILLONES de aborígenes, a causa de las crueldades, y de las enfermedades trasmitidas por los españoles, en la primera guerra bacteriológica de exterminio humano mundial.
Pero los sobrevivientes no olvidaron sus costumbres y sus dioses: El Sol. la Luna, el Agua y la Tierra. Ellos eran y son seres sagrados. Y así, aún, son venerados en muchos pueblos de nuestra América. Por ello, en Homenaje para esta Exposición he pintado su verdad, su angustia y su pasado, pero su resistencia y su futuro. Es mi homenaje a millones de desaparecidos por esta conquista, que considero, aún no acabada, y que se hace interminable, a medida, que transcurre el tiempo.
El diálogo con Leonardo Casimiro, es como saltar épocas diferentes, es un introducirse a la Historias de nuestra América y la Historia Mundial, comparar hechos en dimensiones en que hay que ir como en una máquina de tiempo para ver lo que se repite y no se repite en una y otra forma. Es un diálogo que forma las orillas de la vida en todo su devenir, y observo que con el ingenio del pincel, se puede traducir la emoción en sus imágenes, y que ellas nos invitan a ir a otro nivel y a otro nivel para esclarecer con la Luz las mismas ideas.
Leonardo Casimiro con su esposa Nelly en Berlín 2000 |
Aún también diferenciando las distancias, pero viendo la relación entre la unidad de la obra de Leonardo Casimiro, de su pensamiento y su mensaje, veo a través del prisma de un tiempo, lo que quería traducir el genial Francisco José de Goya en sus pinturas, después, en una época en que su Arte había acabado con los cuadros de los príncipes y de las escenas familiares de los nobles, y él se convertía en el Padre de todas las corrientes actuales de pintura.
A Goya le pedía a su cerebro, que atendiera la realidad, que captara los dos lados polarizados de la realidad, tanto así como los modales y despilfarros de los nobles, sus valores anticuados y sus formas mediocres de vida, pero también la enajenación del poder o “Los sueños de la grandeza que producen monstruos”, obras inmortalizadas en “Los disparates”, “Los caprichos”, “Pinturas negras”, “Los estragos de la guerra”, “El Coloso”, así como sus pinturas sobre la Inquisición. Por otro lado, los locos, gente ya sin razón, ciegos, pero también hombres sencillos como campesinos, herreros, niños, llevadoras de agua, etc., quienes fueron los personajes de sus pinturas.
Este mismo artista genial formado en una academia, rechazó ese mero arte académico de pintar los gustos de los reyes y de los señores feudales, y creó dentro del Arte, algo nuevo y de contenido revolucionario, evolucionado la pintura en lo que va desde el expresionismo hasta el subrealismo, y fue el precursor del Arte moderno.
En mi entendimiento, Goya creó la imagen de la reflexión histórica, la imagen crítica psíquica y analítica de la historia, la imagen vista desde el lado de los abajo, de los marginados. Goya, inclusive, al crear la imagen de Saturno comiendo a su hijo, reflejó la imagen del poder enajenado en el arte concreto -histórico repetitivo y diferenciado, pero creó también la imagen de la síntesis abstracta repetitiva histórico del abuso irracional del poder. Y bajo esta unidad del símbolo concreto de la imagen plasmó su secuencia histórica, que ha derivado, asimismo, en la teórica nueva del Arte. Fuera de otro Arte de impulso decorativo barroco, manerista, clásico, o neoclásico, dentro de la filosofía de la escolástica - la ideología dominante en el Feudalismo español-, era imposible otro impulso. Goya, no tenía tiempo para inventar la realidad, la realidad estaba allí inherente -sobrepasaba a cualquier invento- en sus muchas manifestaciones, en miles de imágenes de sus productores, y en las mismas reproducciones de la vida feudal, ya en descomposición en esa época. También son inmortales los cuadros contra la guerra napoleónica pintadas magistralmente, en “El fusilamiento en la Montaña del Príncipe Pío ( 1814), y que era la guerra imperialista entre los señores burgueses contra los señores feudales españoles.
Muchos de los cuadros de Goya, en sus secuencias de grupo, sobre todo en la última fase del artista español, veo que han inspirado a Leonardo Casimiro, aunque él se manifiesta de otra manera, y está más cercano a lo que se sucede en nuestro continente. También las reflexiones de Leonardo Casimiro, en este tiempo actual, no están lejos de ese momento histórico peruano, cuando me dice, que también las exposiciones hechas en Europa repercutieron en él como un renacimiento para seguir investigando la parte técnica del Arte y para aplicarla a los momentos transcendentes que se vive en el Perú y América, para participar en el proceso de transformación hacia un nuevo mundo, ya que el hombre en el momento actual no es sino una pieza solitaria bien aprovechada por un sistema en crisis el cual se diluye en medio de la avaricia y la corrupción del poder. Como tú sabes, los que tiene el poder económico y político nunca permitirán que un proyecto cultural, que desde abajo, se les anticipe y crezca, y ellos tengan que abonarlo, por que no les conviene, para seguir sometiendo a las grandes mayorías de acuerdo a sus interés... Hay que dar dos pasos adelante en el Arte, para dar un paso en lo ideológico y en lo cultural de nuestros pueblos.
Durante el gobierno del presidente Alejandro Toledo, el Perú tuvo un Ministro de Cultura, el cual fue un conocido pintor peruano, yo le pregunto acerca del programa y de las realizaciones que se hicieron, en esa época.
El artísta me dice: Se intentó hacer algo por la cultura, pero solamente se llegó a formar una Comisión de alto nivel, la cual fracasó por los pleitos del poder interno, y no se llegó a concretizar el proyecto que era el de crear el Ministerio de Cultura. Por otra parte, las instituciones que debieran auspiciarlos no quieren comprometerse con el mensaje permanente de nuestra realidad.
Noto en ello su desencanto, su distancia a ese tipo de poder enajenado, y comprendo al artista, que con sus obras desea entregar las muestras de una realidad, y de servir como un nexo para medir su tiempo, pero también del tiempo de una Totalidad histórica derivada de una Historia peruana de antagonismos.
Los pueblos aborígenes de nuestra América, las etnias del oriente del Perú, la cultura andinas, descubren la apariencia del juego de los intereses de los políticos mezquinos y que ellos sólo tienen un ropaje envejecido del transcurso de 507 años. Fue una utopía creer que la vida habría de tener un significado equivalente después de la llegada de los conquistadores. Ello sólo fue, y es riqueza para unos, y exterminio y esclavitud y miseria para otros, los sobrevivientes gozan solamente del beneficio de la espera.
Los cuadros de Leonardo Casimiro, son hechos de la expresión de la vida real y de la historia, pero ellos respiran optimismo, ya que el artista también sabe, que el Arte como forma de conciencia social, no solamente refleja la realidad, sino también ayudar a transformarla. Y como Goya, conoce que el Arte es un renovador, cuyas imágenes no corren solamente en las aguas de una realidad lineal, sino en las aguas de un río que es una totalidad de historias, siempre en movimiento, para reflejar y transformar el cuerpo de nuestra América Latina.
El me dice: A veces, recordamos los hechos de una historia con grandes lagunas de olvido, pero no olvidamos a nuestros héroes mujeres y hombres que alucinados por la justicia, perdieron la libertad y la vida.
Con Leonardo Casimiro, hemos hablado de la labor de Mariátegui, de la labor del artista, y de sus libros, “El artista y su Época”, “Peruanicemos el Perú”, y “Defensa del Marxismo”. Aquí ponemos nuestra emoción y admiración por este hombre excepcional, cuyo pensamiento, en muchas partes de su análisis sigue teniendo actualidad. Y lo es, sobre todo, viendo un sistema político y social, como es la sociedad peruana llena de contradicciones irreconciliables, y que no lo pueden superar sus gobernantes, por la débil política de su dependencia y las medidas lesivas que atenta contra las clases trabajadores. Y todo ello se ve en las continuas movilizaciones, y no solamente de los trabajadores asalariados, sino de los campesinos, de los maestros, de los sectores marginados, pero también de las muchas regiones peruanas en conflicto con el Poder central. Veo, entonces que Leonardo Casimiro, provoca con el tema de La luz, una orientación importante en sus pinturas. La liga al esclarecimiento, a la educación, y a la ilustración para hallar un camino. La luz es el principio rector de las cosas. Entre sus cuadros a exponer, hay un minero que respira esa vitalidad, y que crece con su mirada al futuro, seguro, en sus manos que no aparecen, lleva un martillo del alba, su espíritu que ha de construir el futuro.
El principio que dirige, la luz es la línea de nuestra vida, pero ella también un principio ideológico, la vigencia de José Carlos Mariátegui. He visto a los mineros en las profundidades de Cerro Rico y he recordado a los mitayos descritos por José Luís Capoche, "como se explotaban las minas de Santiago de Chilcas en la provincia de Ocros del departamento de Ancash. Allí crecí y he sentido la angustia de un pueblo trabajador que ha dado tanta riqueza y se quedó sin nada. Y este cerro, un símbolo que la patria envidia, que creó imperios, reinos, ciudades, ha quedado sin nada, ante la indiferencia de la jerarquía gobernante. Lo mismo acontecerá con la Oroya, puesta ya en el segundo lugar de las ciudades más contaminadas de la Tierra.
Lleno de optimismo y de esperanza, como es su tramontar por las imágenes de la historia y su juicio certero, veo en Leonardo Casimiro, también la luz en sus crónicas de la historia llevadas a cualquier exposición como una expresión para su conquista de otro mundo, ya fuera de las desigualdades sociales, y por los caminos del socialismo, en donde esta centrado el verdadero Arte. Y el mismo artista, me dice, finalmente:
El pensamiento de Mariátegui, siempre está vigente y cada día es más actual para las grandes mayorías. Él es el guía y línea para enarbolar las luchas para la transformación social, y el artista que vive su época jamás podría ser sordo, mudo ni ciego, sino contestatario, osado y defensor de estas clases humildes. En el Perú y la América el arte debe ser reflexivo, contestatario y de alta cálida emocional y altamente técnico, y estar vinculado a las grandes mayorías. De hecho el Arte en este proceso de la lucha tiene que crear la conciencia antimperialista, tiene que motivar la lucha por el socialismo.
Datos biográficos:
Leonardo Casimiro nació y creció en Santiago de Chilcas Provincia de Ocros Departamento de Ancash 1953. Estudió en la escuela Nacional Superior Autónoma de Bellas Artes del Perú, siendo sus maestros Teodoro Nuñes Urieta, Enrique Galdos Rivas y Aitor Castillo, además tuvo como amigos a Francisco Izquierdo Ríos, Víctor Umareda, Guillermo Guzmán Manzaneda, pero también el destacado Maestro Félix Revolledo Herrera, y que según el juicio de Leonardo Casimiro, fue un hombre que supo entender con sinceridad el quehacer social del hombre peruano.