Oswaldo Roses (Repiso Moyano); Extensión
Se sabe que los soles tienen diferentes caídas como diferentes horarios tiene el mundo, como diferentes son sus continentes, y el mapa de la sensibilidad, es diferente también dentro de las formas de percibir o reflexionar sobre el universo, sobre lo cotidiano, y sobre lo que nos deseamos. También sobre un determinado objeto se puede hacer una reflexión, y allí cabe el mundo si lo sabemos ver y acondicionar en todas sus dimensiones. El mundo de la poesía también tiene sus puertas y sus ventanas en el mundo de lo sensitivo, de lo receptivo, de lo creativo y recreativo. Y dentro de las repeticiones y regresiones de la realidad también serán diferentes las formas de ver ese mundo, siempre cambiante.
Y la poesía en este tiempo de la comunicación Global, tiene miles de ventanas como archivos tiene un programa de internet.
Estas ventanas, que se abren, de lo ajeno y de lo muestro, son como polos magnéticos que se atraen y se repulsan en un mundo Global, pero también por nuestras ventanas asciende lo que se CREA y se REPRODUCE con la palabra, el magma vital que sale como la lava permanente para la Literatura o el Arte. De esos dos polos continuos de la realidad, que continuamente están en lucha, salen las semillas para lo nuevo, lo ETERNAMENTE VERDE en el camino de la poesía, y en su métodos grises de trasformación como lo expresaba Goethe. Unos poetas logran las cosas de una manera, y otros, de otra forma. La Poesía es materia y espíritu regresivo en el constante río variado de la vida que sale del caudal de la imaginación receptiva.
En la misma España, de este breve tiempo histórico, con cambios hechos desde la política del Mercado Común Europeo desde las mutaciones de pieles de los diversos partidos políticos, del crecimiento de la estructura económica, de los problemas del nacionalismo e intentos separatistas, de grandes migraciones de ciudadanos tercermundistas, de la bonanza del turismo con sol y la creación de nuevos balnearios de verano, de las rivalidades por la escasez del agua en algunas regiones, de la venta y especulación de terrenos para urbanización, de prostitución y mafias que crecen tanto de empresarios inescrupulosos así como de desclasados sociales venidos desde los países de la Europa Oriental, y recientemente de agitaciones y movilizaciones del sector momificado de la Iglesia católica, con mentalidad franquista y savia de oligarquía pasada, que predica el no aborto, esta España, es reflejada de diferentes ángulos por sus intelectuales, y por el ojo de los escritores emigrantes.
He visto, como por el ojo de una aguja pasa la acción escritural de la poesía, en la percepción de jóvenes poetas españoles en su variada temática, y que va desde lo ya infinitamente repetitivo de su tradición o procesada también a la manera creadora y de peculiar del estilo que fomenta el gozo estético y la reflexión.
El instrumentario puede partir desde sus propios sentidos que recepcionan y forman el mundo poético o el mundo como lo quiere Oswaldo Roses, poeta español que ha escritos otros libros de poesías, y otros trabajos de ensayos breves. Él desea un mundo mejor para la Humanidad y trata en su libro Extensión el tema de la delicadeza.
Recojo a vuelo receptivo, las impresiones del quehacer literario de Oswaldo Roses en este libro, tan diferente, frente a los motivos que sugieren otros poetas contemporáneos. Oswaldo Roses, no refleja este polo extremadamente contradictorio y activo agitatorio de nuestros días de su España ni del Globo, sino que su poesía tiene otros objetivos.
Extensión, el libro de Oswaldo Roses, va a la sensibilidad, a lo legible, a lo que registra la relación del poeta con su mundo, lo que se desea y se desea para nosotros, pero también, con el hombre y la naturaleza. Sus poemas van al origen, al amor, plantean una armonía del hombre hacia la conquista de una delicadeza global. Tal vez ello, viene, por la formación filosófica de su autor, ora existencialistas en sus escritos ora con profundo respeto y creencia religiosa hacia la creación de la Vida y la Naturaleza.
Extensión es un libro de poemas breves, pero que tratan un espacio y tiempo abarcante, en donde la delicadeza, como dos pétalos más a una flor, adecua la ternura y la belleza. El mismo poeta, pareciera que crece con una flor silvestre en cualquier tiempo y espacio, o tal vez en lo recóndito de un paisaje no tocado. Allí las cosas simples que se conjugan y nos rodean, están subjetivadas por su pluma, adquieren atributos de los hombres, se personifican. Ellas nos intuyen, nos sensibilizan, y cuando se las llama, nos contestan, en una armonía que se busca de confrontar tiempos duros que se vienen sucediendo.
Extensión es también algo abierto al diálogo, contiene una estructura diversa en sus poemas, breves metáforas, muchas de ellas rítmicas, asonantes y consonantes, un doble sentido interpretativo, y muchas veces, hay que recepcionarlas y meditarlas buscando una relación o un equivalente. El libro nos transporta a la estética de la reflexión para asumir lo delicado, sean las palabras breves o sintéticas en las frases, pero son las necesarias, las suficientes, según su autor.
Una tarde. Los caminos/ lejos sus destinos juegan/ con la mirada -la luz- / que les agranda la tierra.
El lenguaje de Oswaldo Roses, es sorpresivo entre un párrafo y otro párrafo, entre una línea y otra línea; es además un lenguaje cambiante de palabras que han sido elegidas, y que se abren y se cierran espontáneamente en musicalidad exterior predominante. Sus palabras son abreviaturas extendidas condicionalmente a la forma y al contenido, y transmitidas a la interpretación del lector, que me parecen, a veces, muy concentradas y como fórmulas que hay que sacarlas de sus envolturas para reflexionar en lo que el poeta quiere decirnos.
Estudiando la fórmula física einsteniana de la luz: La Luz, es rápida, pero no tan rápida frente al infinito, algunos poemas de Oswaldo Roses, me invitan a pensar que cada poeta formula también su propio universo poético, y que no son menos o más PALABRAS, sino las suficientes. Por ello, el entendimiento de la poesía como lo formula Oswaldo Roses, es naturalmente desde la otra naturaleza humana, en su expresión: La Extensión de la Delicadeza.
2.- La percepción de la delicadeza
En este libro hay esencias repetitivas regresivas de lo general y de lo que pertenece al hombre en relación con los objetos naturales y hasta efímeros como una flor del malva encendida en su propia luz de fuego, algo delicado, como ser breve para el deleite de los ojos, tal vez, en su aroma, en la percepción del hombre hacia otras esencias de la vida, que nos complacen y nos recrean, que nos alegran y nos asombran, y que nos dicen también, que esa delicadeza no está regido por los principios de los hombres, sino que es la naturaleza la que trasciende en nosotros, que ella, sigue siendo algo más estable en sus mecanismos de vida propia, y que el color y las formas que las contiene nos entregan su sensibilidad cuando las apreciamos, nos dan la alegría vasta cuando las relacionamos con otras cosas.
Ellas también nos enseñan a ver, que a pesar de ser efímeras, guardan en- sí- mismas las envolturas cambiantes del tiempo, pues ellas, son el ser y el no ser ágil, breve y delicado de la vida, algo que se genera en una estación del año, y tal vez, en un destello del momento, nos produce esa ilusión, elemental y cambiante de la forma, que no es la forma de una ola, la que permanente llega a la orilla. Y esta relación regresiva nos permite simbolizarla y diferenciarla.
Lo simple para Oswaldo Roses contiene lo delicado, así como las cualidades de un niño atribuidas al objeto flor. Como un niño. La sonrisa/ de esa flor, indemne juegan.
En niño-sonrisa-flor, registro también ese juego de palabras, en Oswaldo Roses, y que tienen un sentido para relacionar el conocimiento, la destreza ante lo delicado. La niñez, es la edad en que el hombre más juega, se amplía, se extiende, se aprende a fantasear y transformarse. Mediante el juego, el ser muta constantemente, y el niño posee la sinceridad en lo que dice y lo que hace. También la flor juega con el color frente a los ojos de los animales pequeños que seduce y que obtienen de ella el polen. También del viento necesita este juego para transformarse y ser otra, después, en nuevas flores. Lo que intuimos del momento es toda una transformación de la vida. Lo que relacionamos frente a los grandes momentos es el tiempo extensivo. No el momento que queremos solamente entregarles a los hombres sino hacer siempre extensivo sus momentos hasta el infinito de la vida de los hombres. Oswaldo Roses, por ello abarca el tiempo hecho delicadeza.
También las cualidades comparativas entre la naturaleza animada y no animada. Cualidades de un ruiseñor son atribuidas a la hierba: como azul ruiseñor flota/ el rosáceo de la hierba.
En estas identidades comparativas equivalentes, el poeta encuentra asimismo la percepción de la delicadeza, de la belleza y de la armonía. La delicadeza se manifiesta del interior de estas relaciones comparativas y atributivas de lo animado y de lo sensible: Azul ruiseñor, rosácea hierba, en su cadencia modernista, la frase mantiene un ritmo de continuidad, no escrito a la manera clásica, sino alterada, por versos quebrados.
También la delicadeza, lo sutil, lo forja el poeta, en un proceso de contemplación de relación y de trabajo a los objetos, como a la manera de alguien que abriendo un fruto conoce que este contiene una semilla y ve la extensión de ella hacia la nueva planta, hacia su nueva estación. Y ello es como si la delicadeza quisiera abrirnos una imagen futurista de lo que devendrá mas adelante: Con la mirada – la luz- que les agranda la tierra.
También en esta relación, implícita y asonante de su lírica: tarde-día; caminos-destinos (Poema Una tarde), el hombre se halla al medio de la extensión del Todo, en la perspectiva de la luz que agranda los caminos hacia la esperanza de algo que va a llegar hacia la ternura, a algo que se estrecha en relación con la armonía, como un beso, la ternura/ del agua – en el río – reza.
Me gusta la asimetría y acentuación de Oswaldo Roses, entre los contrastes asonantes de las palabras en tonos claros-oscuros, y brillantes-opacos para compensar lo no repetitivo dentro del no ritmo de las fórmulas clásicas, para ir hacia lo ascendente de los otros poetas modernos de España. Esto, en un ir de su tradición, pero en su propio verbo hecho carne.
Hay momentos leves que pretenden romper la armonía, y son versos divergentes, que se abren pero no se cierran, en donde acaso, nos advierte, que tampoco hay armonía total, ellos acusan la sentencia: Nada es leve aquí luchando; pues, con palabras húmedas, existe una dulce ley / con pulso de arpas fieras.
3.- Un juego tierno entre la poesía y la existencia
El Todo es un no imposible/ en la labradora fuerza/ del corazón a latidos/ por la claridad femínea.
Quién pueda meditar sobre un objeto efímero, sobre un dedal y relacionarlo con la ternura, la sutileza, la caricia, también puede meditar sobre la existencia. En Oswaldo Roses, hay en su poesía, una filosofía elemental hacia la vida. En las diversas estructuras de sus poesías hay una búsqueda de compensación. Hemos visto que la Extensión es el Todo en la posibilidad de ser abordada la ternura como un gran salto de los hombres hacia la vida y su curso continuo: Contener la ternura es contener la esperanza, contener la esperanza es contener la vida, y contener la vida es contener el Todo. Toda la delicadeza del hombre con el hombre y con la naturaleza. Un ciclo vital que debe de ser regresivo repetitivo en el hombre. Y el poeta abre el corazón en los latidos de sus sístoles y diástoles para lograr esa esperanza que es la estrella que guía su camino. Él sabe que el corazón del Hombre concentra como posibilidad esa fuerza.
Oswaldo Roses recoge en su lírica lo mejor de la tradición española, que a mi parecer viene desde las mejores fuentes desde Lope de Vega, Góngora y Argote, Gustavo Adolfo Bécquer, pero él no es el poeta repetitivo, en cuanto a esta tradición, él tiene su propia alquimia, y sus propias fuentes, y de ellas da de beber a los hombres esta originalidad regresiva.
Los verdaderos artífices de la palabra, no subastan el pasado, no desechan su tradición, ni lo descartan, pues hay elementos que resisten al tiempo y trazan una línea ascendente. Estos poetas, tampoco se quedan en lo repetitivo, sino se nutren de los nuevos elementos de su tiempo. Las verdades de nuestro tiempo necesitan de las verdades del pasado. Allí están las raíces de los orígenes, los elementos históricos donde provienen y vamos ganando nuestros conocimientos.
Las columnas que vamos haciendo, para recomponer un tiempo histórico escisionado, y antípoda a lo que nos deseamos, solamente se puede lograr con la SUPERACIÓN, en tanto que entendamos, que todo lo repetitivo es regresivo, pero no todo lo regresivo debe ser una copia, en cuanto a la misma manera de hacer las mismas cosas. El tiempo asciende y desciende siempre en la perspectiva de las montañas, en donde los espacios se miden de acuerdo al ir y venir de la vida.
Pero no solamente Oswaldo Roses, le atribuye a los objetos otras cualidades morales de las personas, sino les da características amorosas: Sus islas son venus de las estrellas. O también les da cualidades mágicas para hablar, emociones de los hombres: „Sabor“ de nostalgia -mágica-/ dice la montaña.../ También el poeta, en sus búsquedas, va a los objetos iniciales de creación, ahora ellos, transformados en otros, y que han traído consecuencias para la naturaleza misma y para el hombre: !Qué gran verdad clamorosa/ la libre naturaleza!; siempre dibujo de Dios, creando mientras se espera!
La estructura vertical que usa el vate, se arma y se desarma en imágenes y en sus pensamientos filosóficos, tal vez allí medita la extensión y esta reflexión nos acerque a su filosofía existencialista pero también creacionista religiosa, relacionada con la naturaleza y con los hombres. La Extensión, busca el camino de una armonía con el hombre frente a las perspectivas ciegas de otros, que han hecho polar la misma existencia, que han negado el equilibrio de las cosas, y el mismo enajenamiento hacia ellas, en donde se busca más los valores como fetiches. La ternura resulta, así un equilibrio frente a las amenazas, a la enajenación.
La Extensión bajo este pensamiento filosófico tiene un contenido más abarcante. En su Soneto de Amor, plasma esa relación entre su fe y la existencia: Ya que seremos lo que Dios entiende,/ todo lo tierno que en la vida existe,/ mínimo sueño, la canción que insiste,/ todo lo suave que la piel extiende.
Su filosofía existencial, lo lleva también a referirnos, que las cosas que se suceden, que pasan y que se pierden, descubren sus misterios desde los rincones oscuros, nos llevan a una ligera melancolía: Cielo nublado de pena/ para llover hoy en llanto... Como flor de misterio/ esta soledad callando... Y melancolía mansa/ de los ojos hacia el suelo.
Otras veces, descubre él mismo la incertidumbre de los hombres: Dónde ir, sin ser un extraño, sin ser hoy un frío aleve? ... Cuánto río...! Y cuánta pena? Pero también un gran optimismo: El cielo, dormido;/ la tierra, en su vuelo/ de flores y de primorosas suertes. Por el Sur ... los sueños.
Celebramos este canto transmitido por su optimismo, creemos que su autor, lo hizo para aquellos hombres que en la lucha diaria, saben que la conquista de un objetivo, de un sueño, de un ideal, también necesita de lo que nos hace delicados en toda su amplitud de la palabra, hacia lo que es verdaderamente Humano.
José Pablo Quevedo
Bernau, marzo de 2008